Tan cerca, tan lejos

Desperté,
abrí los ojos,
una extraña sensación se apoderó de mi.
Sentía que estabas acá.

Acostado en mi cama,
vi la ventana oscura…
todavía no había amanecido,
¿Estaría aún dentro de un macabro sueño?

Busqué la tecla de la luz
con una mezcla extraña,
entre alegría y desesperación…
y no la podía encontrar.
Cierto que ahora duermo al revés,
del lado de los pies.
Que coincidencia,
con la cabeza en otro lado…
ya ni me suena raro.
(Ojalá esto fuese mentira)

Y todo porque sentía que estabas acá.

Con la luz prendida
miré rápido a todos lados…
y no estabas…
pero aún sentía que estabas acá.
Como podía ser?
-“Ya estoy loco”, pensé.
“ahora es oficial”.

Hasta que lo vi...
como burlándose de mi,
arriba de ese mueble
riendo fríamente… inmóvil.
Y recordé que antes de acostarme
lo encontré en tu cajón…
(aunque ahora es mío aunque no lo use)
y tuve al Ciel Rose entre mi manos
y no tuve peor idea que apretarlo…

y ahora me paga así…

eso me pasa por curioso
hay cosas que es mejor
dejarlas donde estan.