El Barrilete de las Dos Mil Quinientas Noches

Nuestro barrilete volaba alto, muy alto,
más de lo que hubiese imaginado,
inflaba el pecho verlo bailar…
verlo como soportaba los embates del clima…
la rutina del vuelo,
las miradas de envidia,
o esquivaba misiles.

Siempre si bajaba un poco,
era para subir más alto aún.

Era solo de hilo, caña y papel
pero era mi lujo… el nuestro.
A veces volaba cerca del Sol, y lo pasaba
otras, muy cerca del suelo,
pero siempre feliz,
enamorado y abrazado al ritmo del viento.

Si se lo miraba desde un larga vista
podían verse las pequeñas imperfecciones,
que lo hacían único y hermoso,
propias de tanto tiempo de vuelo,
se veían también
los agujeros de las balas disparadas
por esos que no tienen risa
y que se sólo se divierten amargando carnavales ajenos.
En todos lados hay infelices tratando de contagiar…

Todo iba mas o menos bien… pero iba…
hasta que una noche fatal,
de esas para el olvido, tarea imposible,
ese hilo que lo mantenía en pie (o en vuelo)
de tanto desgaste quizá… se cortó…
y me quedé mirando…
con los ojos llorosos,
y los brazos caídos…
viendo como se alejaba,
hasta ser solo un punto en el cielo…
con ganas de correr pisando el aire hasta alcanzarlo,
pero con los pies de plomo
y atado con grilletes de oro
a la cruda realidad.

Aún hoy, si miro bien, creo verlo
o es sólo un espejismo que juega conmigo…

Tal vez es una visión que me dice que lo corra,
que tal vez sólo este enganchado en un árbol,
un par de ramas y será mio de nuevo,
o quizá solo este reposando en una nube…
esperando mi gran salto, y será nuestro de nuevo,
o durmiendo en el fondo del mar,
esperando a que suene ese despertador…

Tal vez sólo sea mi esperanza…
y no quiera ni pensar, ni aceptar,
en que quizás se hizo trizas contra un desfiladero
de un mar de desencantos…

Y yo acá, sentado en el pasto,
viendo al infinito,
buscando si lo veo o no…
quizás sea hora de que me levante
y me tanteé los bolsillos,
y vaya en busca de hilo, caña y papel
y empiece a pensar en armar otro…
pero esta vez… con un hilo más fuerte.

5 comentarios:

  1. Hola nico...
    si fijate en donde esta la casita de madera, a su izquierda por donde esta lo verde, ahí está!



    Tan hermosa como sus años


    Saludos!


    Leililop

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  2. Qué linda moraleja que deja tu escrito.
    No nos dejemos consumir por la nostalgia y la melancolía de lo hermoso que fue. Busquemos la vuelta y esta vez, arreglando las grietas.


    Saluditos Nico!

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  3. Nunca mejor dicho... siempre sabias sus palabras!!!

    Gracias por comentar.

    Nos vemos!

    Ni cuenta que tenía moraleja... siempre es bueno ver con otros ojos... gracias de nuevo!

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  4. Que bueno, Nico.
    Gente escasa de palabras como yo, siempre busca a alguien que sepa describir todo lo que nos pasa y si bien hoy no estoy pasando estas cosas, tu relato cuenta una época de mi vida.
    Muy bien 10 felicitado, jeje.

    Beso.



    juLin

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  5. hay que volarrr nicolás, volarrrrrrrrrrrrr...
    que vueleee altooo, bien alto...
    ya va a haber oportunidad.

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